Policiales
Tres años sin Guadalupe Belén Lucero: ninguna certeza sobre su paradero y una ausencia que duele
No hay rastros, pistas ni una hipótesis clara sobre qué pudo pasar el 14 de junio de 2021 en el barrio 544 Viviendas. Cada llamado o información despierta un hilo de esperanza en su familia, que pese al paso del tiempo no quiere resignarse a no volver a verla.
14 de junio de 2024 - 09:17 hs.
¿Qué pasó con Guadalupe? ¿Quién se la llevó? ¿Cómo hicieron para secuestrarla? ¿Fue alguien conocido? ¿Cuántas personas intervinieron? ¿Dónde está? Esos y muchos más son los interrogantes que se mantienen desde hace 1096 días. Sólo hay una certeza, Guadalupe Lucero no se perdió, la secuestraron.
Era un lunes más. Una tarde de otoño fría. Un día donde jugaba la Selección argentina. Y para la familia, una oportunidad de festejar el cumpleaños de Georgina, la tía y madrina de la pequeña. Nadie podía imaginarse que iba a empezar una pesadilla. Ni los sanluiseños hubieran esperado que un nombre doliera tanto y cambiara la historia: Guadalupe.
“Guada no está”, alertó su prima de 3 años. Eso bastó para que todos salieran de la casa 5, en la manzana H. Su nombre comenzó a escucharse a gritos en las calles, pero no había respuesta.
Minutos antes de las 20 comenzó a circular en estados de WhatsApp, en Facebook e Instagram el rostro de una niña de 5 años que faltaba desde el barrio 544 Viviendas, en el sur de la ciudad de San Luis. Creían que podía haberse perdido y no encontrar el camino de vuelta. Pero los minutos y las horas comenzaron a transcurrir. La preocupación aumentaba y nadie sabía nada.
Vecinos salieron de su casa, otros llegaron desde otros puntos de la ciudad y junto a la Policía emprendieron una búsqueda. Con linternas, celulares y sin importar las bajas temperaturas, recorrieron cuadras enteras e ingresaron en un descampado aledaño. Pero nada los llevaba a “Lupita”.
El día para ellos nunca terminó. Al amanecer continuaban los rastrillajes y el escenario no era el mismo, se agravaba cada vez más con el correr de las horas. Cada vez cobraba más fuerza la teoría de que alguien se la había llevado. Fue cuando surgieron los interrogantes de quién y por qué lo había hecho.
San Luis estaba paralizado y así siguió en los días siguientes. Todo tenía que ver con Guadalupe. Su rostro estaba por todas partes, pero ella no. Todos eran sospechosos. El foco se puso en la familia, pero también en vecinos de toda la zona. Todos abrieron las puertas de sus viviendas a la Policía para constatar si alguien la tenía.
48 horas después se confirmó que había sido activada la Alerta Sofía, un sistema de emergencia nacional ante la desaparición de un niño o adolescente. Pero ya era tarde. A esa altura la pequeña podía estar fuera de la provincia e incluso del país.
Las jornadas siguientes transcurrieron entre la desesperación, rastrillajes, allanamientos, detenidos por droga, marchas, cortes de ruta, llamados falsos y dos padres desolados, Yamila Cialone y Eric Lucero.
En el cierre de junio y tras diversos reclamos, los padres de la niña fueron recibidos por el entonces gobernador, Alberto Rodríguez Saá. Dos meses más tarde, Yamila mantuvo una audiencia en Casa Rosada con el ex presidente, Alberto Fernández.
Seis meses le llevó a la Justicia provincial llegar a la conclusión de que la niña no estaba en San Luis y por eso enviaron la causa al fuero Federal. Durante ese tiempo, tuvieron más de 180 líneas de investigación, se tomaron más de 900 declaraciones, hicieron 465 allanamientos, secuestraron y peritaron 100 celulares, analizaron más de 150 dispositivos electrónicos portátiles y se estudiaron 3000 horas de captaciones fílmicas de 113 cámaras de la zona, públicas y privadas.
Para la fiscalía Federal, en muchas cosas, fue empezar de nuevo. A 10 meses de la desaparición repitieron un rastrillaje en el descampado cercano al barrio 544 Viviendas y a la Autopista de las Serranías Puntanas.
El primer año sin ella llegó y con eso la orden para hacer la reconstrucción de las circunstancias que rodearon la desaparición de la niña.
La marcha de ese 14 de junio fue multitudinaria. El principal reclamo de la familia se abocó a pedir la renuncia del entonces ministro de Seguridad, Luciano Anastasi y de la Plana Mayor de la Policía. Advirtieron que las principales falencias surgieron desde la Justicia en San Luis y las fuerzas de seguridad.
En medio de eso, un joven con esquizofrenia se presentó en la Comisaría 2° y aseguró haber la asesinado y enterrado en Potrero de los Funes. Luego, quedó descartado.
Si bien los meses seguían pasando, su imagen seguía traspasando barreras. Estuvo en el 35° Encuentro Nacional de Mujeres y también en previas de partidos de la Selección argentina. El Sistema Federal de Búsqueda de Personas (Sifebu) actualizó la imagen de Guadalupe, como había pedido en varias oportunidades la mamá, Yamila Cialone.
Se cumplieron dos años y la verdad tampoco llegaba. En ese momento, desde la Justicia informaron que en el último año se contabilizaron casi 30 denuncias a través de las líneas 134, 145 y 911.
Los días continuaron su paso y su nombre cada vez sonaba menos. Por eso, en enero el gobernador Claudio Poggi y su vice, Ricardo Endeiza, se reunieron con los padres. En el encuentro, acordaron lanzar una campaña de difusión para reforzar la búsqueda. Se concretó el 8 de febrero, cuando cumplió sus ocho años.
El presente
Guadalupe sigue faltando en San Luis, como hace 1096 días atrás. El nuevo aniversario intensifica el dolor en su familia y hace resurgir los interrogantes que no pudieron ser respondidos en tres años. Nada hace presumir que hay indicios certeros sobre su paradero y sus padres se aferran cada vez más a un milagro.
Lo último que se supo de la causa fue una publicación falsa en las redes de Missing Children que hacía referencia a que la pequeña estaba en Buenos Aires.
El abogado del papá, Héctor Zavala comentó que se conformó un equipo nuevo para el análisis de teléfonos celulares, porque en el anterior había demoras por la complejidad en la pericia. El objetivo es hacer un entrecruzamiento de llamadas durante esos días.
“En los últimos meses se han investigado datos de personas que dicen haberla visto en otros lados, fuera del país, sobre todo. Pero hasta ahora no hubo un resultado cierto”, transmitió.
En relación a las hipótesis dijo que se han ido descartando las que hacían al entorno familiar. Y se mantiene firme la teoría de que no está dentro de la provincia.
Eric reconoció que cada semana acude a la fiscalía Federal para interiorizarse sobre la causa y lo pude hacer directamente con Rachid o su secretario.
“Mi corazón y mi sentimiento por dentro es que mi hija está viva. Sé que Dios no me va a permitir irme de esta vida sin antes volver a reencontrarme con mi hija, sin poder volverla a abrazar y decirle cuánto la amo, cuánto la extrañé, cuánto la necesité”, expresó.
El padre la recuerda como esa niña simpática, que “te regalaba una sonrisa y te cambiaba totalmente el día”, con “esos ojitos negros así brillosos” y “una manera tan dulce al hablar que te daba tanta ternura”. No duda, de que pese al paso del tiempo podría reconocer a su hija.
Para Eric es difícil levantarse cada mañana y saber que le falta Guada, pero la ilusión de un reencuentro le da la fortaleza.
Los días de Yamila no son diferentes. Ella también la siente viva y sueña con un abrazo que le permita borrar todo el dolor. Siente que su hija va a volver. Por eso mantiene su cama y sus cosas intactas.
Todos esperan a Guadalupe. San Luis no se olvida de ella y tampoco debe hacerlo. Es una niña que pasó sus últimos tres cumpleaños lejos de sus padres, de su hermano mayor, de sus abuelos, de sus tíos y de su lugar. Una niña a la que nadie tenía el derecho de arrebatarle la felicidad.
Tres años después, los interrogantes son los mismos. Las certezas también. Los días siguen pasando, pero con la esperanza de encontrar una respuesta a la gran pregunta de ¿dónde está Guadalupe?
Fuente: ECH