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Pablo Zapanni, el campeón de las pesas que volvió a dejar a Merlo en lo más alto
Hay historias que se escriben con esfuerzo. Otras, con disciplina. La de Pablo Zapanni está hecha con ambas cosas… y con un plus que no se entrena: una convicción inquebrantable.
18 de noviembre de 2025 - 09:41 hs.
Este año, su nombre volvió a sonar fuerte en los escenarios del fisicoculturismo, y su consagración como ganador del PRODEPOR de Plata 2025 es la prueba viva de que el trabajo sostenido siempre encuentra recompensa.
Pablo lleva más de 17 años dentro del deporte, un recorrido que lo vio crecer, transformarse y reinventarse una y otra vez. Con un temple competitivo admirable y un compromiso que contagia, logró consolidar una trayectoria que inspira tanto a quienes recién empiezan como a aquellos que conocen la exigencia del alto rendimiento.
Una categoría desafiante, un podio para pocos
El mundo del fisicoculturismo no perdona: exige entrenamiento constante, alimentación cuidadosamente planificada, sacrificios cotidianos y una capacidad mental a prueba de dudas. Pablo asumió todos esos desafíos como parte de su vida, convirtiendo el gimnasio en un segundo hogar y la disciplina en un lenguaje propio.
Este año, su participación en competencias de nivel nacional volvió a dejar en claro que está entre los mejores. Su presencia en escena, su definición muscular y la solidez técnica de cada presentación fueron reconocidas por jueces, colegas y entrenadores.
Pero más allá de los resultados, lo que distingue a Pablo es su capacidad para sostenerse en el tiempo. En un deporte donde la constancia es tan importante como la fuerza, él logró construir una carrera sólida, respetada y profundamente admirada.
Un ejemplo para las nuevas generaciones
Para muchos jóvenes merlinos que se acercan al entrenamiento con pesas, Pablo es una referencia inevitable. Lo ven todos los días, entrenando sin excusas, cultivando la misma ética de trabajo que lo llevó a destacarse año tras año.
Su presencia en el PRODEPOR no solo reconoce un rendimiento deportivo sobresaliente: reconoce un modo de estar en el deporte. Una forma de vivirlo. Una manera de enseñarle a los demás que el progreso nunca es rápido, pero siempre llega si se hace lo correcto.
Un premio que también es un impulso
El PRODEPOR de Plata lo encuentra en un momento de madurez deportiva. Fuerte, enfocado, decidido, y con esa claridad silenciosa de quienes saben que aún tienen mucho para dar.
En palabras del propio Intendente —quien destacó la importancia del acompañamiento y la dedicación en cada disciplina— este tipo de reconocimientos celebran “el espíritu merlino que cree en la constancia y en el esfuerzo”. Pablo encarna exactamente eso.
Su camino no terminó: apenas está entrando en una etapa donde la experiencia y la ambición se combinan para proyectarlo todavía más lejos.
Y mientras planifica nuevas metas y competencias, la ciudad lo aplaude. Porque lo ganó todo: resultados, respeto y el cariño de su gente.
