Ciencia y tecnología

Microquimerismo: el asombroso legado celular entre madre e hijo

El embarazo es un vínculo que va más allá de la gestación y el nacimiento. Un fenómeno biológico llamado microquimerismo fetal-materno revela que las células del bebé pueden permanecer en el cuerpo de la madre durante años, dejando una huella indeleble en su organismo.

16 de marzo de 2025 - 11:22 hs.

Investigaciones científicas han demostrado que, durante el embarazo, algunas células del feto migran a través de la placenta hacia el torrente sanguíneo materno e incluso pueden integrarse en diferentes órganos como el corazón, el cerebro y la piel. Lo sorprendente es que estas células pueden persistir en el cuerpo materno por décadas, mucho después del parto.

¿Cómo actúan estas células en la madre?

Algunos estudios sugieren que las células fetales podrían desempeñar un papel en la regeneración de tejidos. En casos de lesiones cardíacas, por ejemplo, se ha observado la presencia de células fetales en el área afectada, lo que abre la posibilidad de que contribuyan a la reparación del corazón. Sin embargo, los expertos advierten que aún se necesita más investigación para comprender completamente el impacto de este fenómeno en la salud materna.

Además, el microquimerismo no solo ocurre en embarazos exitosos. Se ha detectado la presencia de células fetales en mujeres que han sufrido abortos espontáneos o interrupciones del embarazo, lo que demuestra que el intercambio celular ocurre incluso cuando la gestación no llega a término.

Un vínculo biológico más allá del nacimiento

Otra revelación impactante es que el ADN fetal puede encontrarse en la sangre materna hasta años después del parto. De hecho, este descubrimiento ha permitido el desarrollo de pruebas prenatales no invasivas que analizan la sangre materna para detectar anomalías genéticas en el feto.

Los científicos continúan explorando las posibles implicancias del microquimerismo en la salud. Mientras algunos estudios lo asocian con beneficios regenerativos, otros han analizado su posible relación con enfermedades autoinmunes.

Lo cierto es que la conexión entre madre e hijo trasciende lo emocional y se plasma en un legado celular que persiste en el tiempo. Un recordatorio biológico de que el embarazo deja una marca imborrable, incluso a nivel microscópico.

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